La relación entre el asbestos y el cáncer de pulmón

El asbestos se relaciona sobre todo con el mesotelioma, una enfermedad agresiva. Sin embargo, este mineral también está relacionado con otras enfermedades pulmonares. La exposición al asbestos puede causar asbestosis, cicatrices pleurales y un mayor riesgo de cáncer de pulmón. El tabaquismo sigue siendo la principal causa de cáncer de pulmón en los adultos estadounidenses, pero la exposición al asbestos puede dañar aún más los pulmones y aumentar las probabilidades de que una persona desarrolle cáncer de pulmón.

Es importante comprender las diferencias entre el mesotelioma y el cáncer de pulmón. Aunque ambas enfermedades afectan a los pulmones, se producen en diferentes partes del pulmón. El mesotelioma se produce en el revestimiento de los pulmones, también conocido como mesotelio. La enfermedad también puede aparecer en el revestimiento del tórax, el corazón, el abdomen y los testículos, pero lo más frecuente es que se desarrolle en el revestimiento de los pulmones. El cáncer de pulmón, por su parte, se desarrolla en el propio pulmón. Los tumores y las células cancerosas crecen en el tejido pulmonar y no en el revestimiento del órgano. Además, ambos tipos de cáncer crecen de forma diferente en el organismo. El mesotelioma suele crecer en pequeños nódulos tumorales que acaban creciendo alrededor del pulmón. En cambio, el cáncer de pulmón suele crecer en masas o tumores definidos.

La relación entre el asbestos y el cáncer de pulmón

Se ha descubierto que el asbestos y el cáncer de pulmón tienen una relación sinérgica. Esto significa que los daños causados por el asbestos aumentan las probabilidades de que se desarrolle un cáncer de pulmón. Si bien es cierto que el tabaquismo es el principal factor en los diagnósticos de cáncer de pulmón, cada año se relacionan varios casos con la exposición al asbestos. En 1986, un informe de la Administración de Seguridad y Salud en el Trabajo (OSHA) señalaba el cáncer de pulmón como el mayor riesgo para los trabajadores que manipulan asbestos.

Ese mismo año, los estudios descubrieron que los residentes de Libby, Montana, contraían cáncer de pulmón en porcentajes muy superiores a la media. La ciudad fue tristemente célebre por albergar una gran explotación minera de asbestos. En 2002, la Agencia de Protección del Medio Ambiente declaró Libby zona del Superfondo. Esta designación proporciona financiación gubernamental para la limpieza de lugares altamente contaminados. Un estudio actualizado realizado en 2007 por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo demostró que los residentes de Libby tenían tasas de mortalidad significativamente más altas por asbestosis y cáncer de pulmón. La tasa de mortalidad aumentaba con la duración de la exposición.

Estos resultados demuestran la relación establecida entre el asbestos y el cáncer de pulmón. Las personas que suelen estar expuestas al polvo de asbestos lo inhalan y las fibras se alojan en los pulmones. Esta exposición suele producirse en el trabajo. Estas fibras dañan y cicatrizan el tejido pulmonar, lo que debilita los pulmones y los hace más susceptibles a las enfermedades. En la asbestosis, otra afección pulmonar, la acumulación de tejido cicatricial en los pulmones provoca graves dificultades para respirar.

Las personas con antecedentes de exposición al asbestos y de tabaquismo tienen el mayor riesgo de cáncer de pulmón. Esta mayor exposición a carcinógenos y toxinas puede acumularse y hacer mucho más probable que a alguien se le diagnostique cáncer de pulmón más adelante en su vida. Cada factor de riesgo daña y debilita los pulmones, haciéndolos más vulnerables al cáncer y a otras enfermedades.

Síntomas del cáncer de pulmón

Algunos de los síntomas más comunes del cáncer de pulmón son los siguientes:

  • Tos persistente
  • Tos con sangre
  • Dificultad para respirar
  • Pérdida de apetito
  • Fatiga
  • Infecciones recurrentes como neumonía y bronquitis
  • Hinchazón en la cara, los brazos o el cuello
  • Bultos en la zona del cuello o la clavícula

Las personas con mayor riesgo de padecer cáncer de pulmón deben hablar con su médico sobre las pruebas de detección del cáncer de pulmón. Estas pruebas pueden incluir tomografías computarizadas o radiografías. Los médicos pueden realizar revisiones con mayor frecuencia a los pacientes con mayor riesgo de padecer la enfermedad.

Opciones de tratamiento

Los tratamientos disponibles para cada paciente pueden ser diferentes en función del estadio en que se encuentre el cáncer. Normalmente, los pacientes en estadios más tempranos disponen de una mayor variedad de opciones de tratamiento. Los pacientes en estadios más avanzados suelen tenerlas más limitadas. Además, el cáncer de pulmón en estadio avanzado tiene riesgo de extenderse a otras partes del cuerpo, o de metastatizar. Esta evolución lo hace más difícil de tratar, ya que es más agresivo. En el plan de tratamiento influyen múltiples factores, como el estado general de salud, el tipo y estadio del cáncer y la comodidad del paciente.

En función de estos factores, los pacientes pueden optar por distintas vías de tratamiento. Si el cáncer no se ha extendido a otras partes del cuerpo, los médicos pueden recomendar la cirugía. Los cirujanos pueden extirpar tumores, partes del pulmón o todo el pulmón, según sea necesario.

La quimioterapia es un tratamiento habitual que utiliza fármacos para destruir las células cancerosas. Los médicos pueden administrar los fármacos por vía intravenosa u oral, y el tratamiento suele durar varias semanas o meses. Aunque la quimioterapia puede ser muy eficaz, también daña las células sanas, y muchos pacientes experimentan efectos secundarios negativos. Métodos holísticos como el masaje pueden ayudar a aliviar problemas como el dolor o las náuseas.

La radioterapia ataca las células cancerosas con haces de radiación muy potentes. Este tratamiento suele combinarse con quimioterapia, sobre todo cuando el cáncer se ha extendido por todo el cuerpo.

Los investigadores están desarrollando muchos otros métodos de tratamiento en la lucha contra el cáncer, incluida la inmunoterapia. Este interesante método aprovecha la fuerza del propio sistema inmunitario del organismo para atacar y destruir las células cancerosas. Dado que cada persona puede reaccionar de forma diferente a las terapias, los médicos personalizan el plan de tratamiento para cada paciente.

Pronóstico

El cáncer de pulmón, como muchos otros tipos de cáncer, tiene mejor pronóstico cuando se detecta lo antes posible. Para aumentar sus posibilidades de detección precoz, asegúrese de acudir a su médico para someterse a pruebas de detección del cáncer. Esto es especialmente importante para cualquier persona que haya trabajado con asbestos en el pasado, que a menudo trabajaban en la construcción, instalación de tuberías, albañilería y otros trabajos industriales.

El cáncer de pulmón en estadio I tiene una tasa de supervivencia a 5 años de casi el 31%. Según la Sociedad Americana del Cáncer, en el estadio IV la tasa de supervivencia a cinco años desciende hasta el 2%. Sin embargo, estas tasas son sólo estimaciones, y los resultados del pronóstico individual pueden diferir. Los pacientes pueden reaccionar de forma diferente al método de tratamiento, lo que altera su propio pronóstico.

¿Qué ocurre después?

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